sábado, 4 de enero de 2020

Terminan las vacaciones o Sara Monelle

Viene de El Gran Houdini.

Casi terminan las vacaciones y sigo sin encontrar dónde desaparecer.
-Con nosotros -diría la Tic sino fuera quien es. Esta, a quien ya vimos: Sara-Monelle.
 -"Jamás, jamás, me pides que deje de beber" -dicé el alcohólico decidido a morir. -Solo tú -me faltó agregar.
Para él las puertas se cerraron. Yo tengo una revolución mundial llamándome, que sin saberlo Silvita guía como representación de mi amita, justamente. Se parecen: como diosas cantan cosas extraordinarias. 
Bien escuchada, toda canción habla a mucho más que a un hombre o mujer partciular.
 En mi lista de reproducción sigue
Escuchémolas sueltas y juntas, para crear el estado preciso.
Ayer tuve mi mejor fantasía. Fui vomitándola poco a poco durante las combas grandes de la noche, como les llamaba a los treinta años en Tiempo de caminar, ¿no es cierto, Juan?
"Sospecho que tú eres nadie/ que está despierta la imaginación", dice ella.
¿Y Monelle? Está en Sara, "la pequeña prostituta" cuya voz, repetida generación tras generación, se escucha gracias a Marcel Schowb, a quien cien veces riqueren los cuadernos:
"Monelle me encontró en la llanura, por donde yo andaba errante, y me tomó de la mano:
"-No te sorprendas -me dijo- soy yo y no soy yo. Me volverás a encontrar y me perderás.

"Una vez más volveré entre vosotros; pues pocos hombres me han visto y ninguno me ha comprendido.
"Y me olvidarás y me reconocerás y me volverás a olvidar

(...)
“Y Monelle dijo: Te hablaré de los momentos.
“Mira todas las cosas bajo el aspecto del “momento.
“Deja ir tu yo a merced del momento.
“Piensa en el momento. Todo pensamiento que perdura es contradicción.
“Ama el momento. Todo amor que perdura es odio.
“Sé sincero con el momento. Toda sinceridad que perdura es mentira.
“Sé justa para con el momento. Toda justicia que perdura es injusticia.
“Actúa para con el momento. Toda acción que perdura es un reino muerto…
“No retrases el momento: extenuarías una agonía.
“Observa: todo momento es una cuna y un ataúd: que toda vida y toda muerte te resulten extrañas y nuevas.”
Justo así, siempre con un vestido, se sienta la Tic.