miércoles, 15 de enero de 2020

En El Camino de la Desolación o Una típica charla con la Tic

Ya saben, a veces me tomó fotos con la misma camarita que la Tic y yo usamos en nuestras charlas y cada tanto pongo aquí el mejor resultado. Cierto, aparezco siempre recién despierto o sin bañar o comer hace días u horas, según el caso.
Mi indecencia resulta por partida múltiple, pues uso pseudónimo, aunque no encubre, también es verdad. Bueno, Vamos a jugar mentiras, se llama la canción que coreaban en mi escuela, creada por exiliados.
Mamá huía a mi vista mientras limpiaba la casa, les conté, ¿recuerdan?, y tiro por viaje, según decimos, me refiero a mi calidad de sombra, dignísima conforme me enseñaron el abuelo, Agustín y demás.

(La rola del Mr. va no solo porque permite meternos en un ambiente muy rico para jugar. Retrata nuestros tiempos, así fuera compuesta antes de la posmodernidad.)
-Tic, recuérdame por qué estamos en El Camino de la Desolación.
-¿Apareció en tu lista Youtube?
-¿Será?
-Se debe quizá a que es un lugar genial.
-No me des por mi lado.
-Bueno, entonces llegamos para hacer tu Revolución Mundial.
-Deja de pasarte. 
-Espera... Querías ver a Shakespeare en el callejón.
-Ah, sí. 
-No mires más al "salón de belleza lleno de marineros".
-Gran cosa, ¿no? Pero, esa cabeza mía... ¡Caí al fin!
-¿Sí?
-Se trataba de estar con "la Dama" "observando la noche". 
-Pa rebuscados, el Cuac, jeje. Ey, ey, ¿ y ese coqueteo con Cenicienta?
-Cuál, si estoy diciéndole que es una resbalosa. 
-Pero su estilo es inmejorable, con las manos metidas en las bolsas, estilo Betty Davis..." ¿Quién?
-Naca. Mira, aquí, aunque anda en vestido...
"¿Dónde estará el Tercer Hombre?"
-¿Perdón..? Qué musica. Me la habías puesto antes, ¿verdad?
-Sí. 
Se sienta al piano, busca un poco. 
-¿Te gusta? 
¿Merecerla? Ay, Inesper. 
-Ven de vuelta. 
-¿A la realidad?
-Tonto, jeje. A nuestra calle. Ve, hasta esa mujer "que echa las cartas" recoge su negocio. 
-Ahí va el "Jorobado de Notre Dame".
Regresa al teclado, obsesionada.
-¿Qué mas compuso?
-Los buscadores no dicen nada. 
Sigue y va a dar lejos.
-¿Cómo se llama el italiano?
"Adelántale." 
Cumplo órdenes, paro antes de su queja y salto al minuto 2:27. 
-No... ¡Ahí, ahí! -dice al 3:38-. Ya.
-Son como cuatro compases nada más.
-Repítelos. 
-Se me apestó la noche -pienso, mira con el rabillo del ojo y corriendo planta un beso en su camarita, sin apartarse. Quiero comerme esa boca. Sube lento. -Tienes un moco.
-¡B, carajo! Apestas hasta la escena más romántica.
-Demando línea hot. 
-¿Seduciendote?
-Pin preguntas tan sin embargo.
-Tus dicharachos. Ven -agrega llevando su tablet en reversa, para sentarse en la hamaca. -¿Y Cenicienta?
-Con Romeo, que le tira los perros. "Están haciendo el amor o esperan a que llueva." Ese Mr. está realmente cabrón. 
-¿A qué hora es tu reunión?
-Putas 10. 
-Son 2:34. 
-¿Pretendes echarme tan temprano?
-Junto a mí.
Es capaz.
-0-
Llega otro día, timbra.
-¿Estuvo buena la siesta?
-Sí -respondo sabiendo que no preguntará por mi reunión. 
-Alguien no comió todavía, ¿no?
-¿N? 
-Sigue con su papá, te dije.
-¿Tú?
-Cenicienta. Vamos a comprar algo. 
-¿Espera?
-Así estás bien.
-Sí la amita dice...
-¿Hace frío?
-No muchísimo pero sí.
Canta. 
Cuántos recuerdos con eso -le digo.
-"Menudita, tal vez esbeltita/ como flor del campo/ trompa de pirulí..."
-Siete, por favor -pido al taquero. -Yo tres -agrega ella. 
-Y tres más.
-No seas payaso. 
Unos músicos alternativos, de fiesta, arman bulla y la mujer que los acompaña está incómoda pues coquetean con parroquianas.
Mi celular alcanza a registrarla.
-Está guapa esa muchacha... y triste. 
-Te la paso. 
-Bueno.
-Acércate el aparato. 
Canta otra vez.
-Salen siete.
Ecos de mi cotidianidad, podría llamarse lo que le doy a la Tic, para quien este hombre no guarda secretos... aunque desconozca el trato propuesto a Corazón mío... y se entere ahora, jeje. 
-¿Crees que iré a mirar? No necesito, además, jeje. Eres un depravadín. 
¿En diminutivo?
-Sí -dice al leer. -Y no es que yo sepa de esas cosas, pero veo y escucho. Pusiste esa foto hoy. 
-Es un diario y lo primero, advertí...
-Pero ahora esto es lo último. 
-¿Me vas a echar para siempre?
-Nunca has estado, jeje. No sé porqué pasamos el día juntos. 
-Menos mal que hoy todos andan por las calles hablando a solas.
-¿Antes, no nos habríamos vuelto a ver?
-No nos conoceríamos, jeje.
-Cierto.