lunes, 3 de febrero de 2020

Divagaciones. Obra a duo con la Inesperada

Si consigo hacer las cosas bien habrá un cuaderno que se nutra con La eternidad y un día y otro remitirá a Terciopelo azul -Molholland Drive es demasiado para mí, Mr. Lych, perdone usted.
-¿Este es mi Leaving Las Vegas? -pregunto a la Inesperada. -¿Adónde fue Sara cuando sepultaron a Ben?
-Te seguiré el juego, Cuac, sin decir que puedo morir antes que tú, porque N tiene ocho años. Voltea a mirar alrededor de los casinos. 
Bugsy Siegel fue el visionario que, creando Las Vegas donde parecía absurdo, mostró a los capos estadounidenses su provechoso futuro. Laven dinero, no lo manchen, les gritó. Aquí está ese hombre, idealizado cinematográficamente. 
-¿Por eso preparas a N para el desierto?
-En plural. Hay tres en esos lados, y algunos poco más allá.
-Nuestra historia no es muy larga.
-Para ti. Nos encontramos a mis veintidós. 
-Quiero decir, la última parte. 
-Empezó en 2015. 
-Disculpa. Como entonces yo había comenzado el lento suicidio...
-No estoy segura de eso. ¿En verdad nunca creíste que viviríamos juntos? Subrayo la palabra, eh.
-Ben no me parece un fantasma en esos días finales. 
-Ay, amor. 
-¿Lo soy, incluso ahora?
-Aquél viaje a tu patria prometida ofrecía otra cosa y se cumple... ¿cuánto tiempo?
-Dos años y un mes. ¿También cuando nos despedimos había promesa?
-No dirijo un asilo, mi señor. 
-Ya sé.
A pura divagación la llevo hoy. Primero, Ni descubrimento... De madrugada con P.
-Recuerda la canción que ponías y ponías al principio, en "canón", jeje.
-0-
Todavía queda tiempo para encontrar quien me substituya en esa mentada charla sobre La conquista. No importa cuál sea el público, aunque conozco al que me dirigiré, ocho años tiempo completo, primero, y luego treinta cavilando sobre el tema, no tiene sentido intentar volcarlos allí, donde no importa cuánto haga se me reclamará, jeje.
-Eso es justamente lo que quieres.
-Tic, estás despierta.
-Sí, para decirlo. Vivir también es pelea, aunque lo niegues.
-¿Contigo, jeje?
-Ponte serio, Cuac. Te molestan, respondes, se arma un desmadre, renuncias, vuelves porque piden...
-Apiadándose.
-No importa. Revisa esta serie de ¿diarios-viñetas, las llamas?
-Sí.
-Sufres, juegas, eres un suicida, después renaces... Y escribes, escribes, escribes.
"Películas son películas. Nosotros no. ¿Que imito a Sara? Solo porque sé, , que amas esto como nadie que conozca. Llegué a tu casa escondiéndome del mundo y tú... Tengo música, tengo N, aldea... gracias a esos días. 
"De ti aprendí a vivir. Ahora te chingas, jeje."
(Este diálogo se produjo tras Un extraño sueño, en el mismo día. 2:16 am del martes 4.) 
Treinta minutos después
-Seguro ya lo compartiste. 
-¿Te molesta?
-Claro que no. Solo comprobaba. ¿Dónde estás?
-No lo voy a decir.
-Casi escucho el motor del autobús, jeje.
-Prepara el desayuno, pues, jeje.
Luego de dos horas, sin compañía al lado, la noche campirana pasando rápido ante mí, no dudo más y evoco nuestro viaje aquél. 
Me convenciste: contigo rejuvenecería. ¿Y tú? ¿En qué momento debería marcharme, para que no cargaras los dolores de mi final? La muerte es lo inadmisible. Seguir estando sin estar, en eso reside todo entonces. Como E y S te harías viejita y sobre un mapamundi preguntarías: ¿Dónde andará?