miércoles, 9 de diciembre de 2015

Inesperada, siempre de nuevo


ESTE DIARIO ES MI PAREJA. PASO CON ÉL LAS HORAS QUE PASARÍA CON UNA MUJER. ENAMORADO DEL AMOR, DICE DE MÍ LA MAL NOMBRADA Y ME DEDICA UNA CANCIÓN: BAILA CONMIGO -CON ÉL- HASTA EL FINAL DEL AMOR.
CÓMO A TODA PASIÓN, LE DEDICO MI MEJOR ESFUERZO Y RATOS NOS SALE BONITA LA COSA. 
TENEMOS NUESTRA MÚSICA. POR TEMPORADAS ES LA QUE GUSTARÍA A UN JOVEN GRAN CANTANTE MEXICANA INICIADA POR MARÍA GREVER Y TATA NACHO. EN OTRAS COMO AHORA SE ENCANDILA CON LAS QUE DAVID LYNCH EMPLEA.  
PLUGUIERA A SAN MILIANO (ZAPATA, DIOS PERSONAL) CONVERTIR A MI AMADA EN UNA CINTA DEL MR. CON TOQUES BETTY BLUE.
FALTARÍA TRANSFERIR MIS DÍAS Y LOS DE LA TIC SEGÚN SUCEDEN EN VERDAD, YO ESCRIBIENDO O DISCUTIENDO CON LOS INVOLUCRADOS EN LA CASA DEL HORROR Y ELLA SOBREVIVIENDO EN UNA REGIÓN DONDE CORRE SANGRE A RAUDALES. 
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Al finalizar la joven detrás de Inesperada me llama por videochat. Le gusta aparecer como falso personaje, aun hoy, cuando el tono es un poco áspero. Y a la vez le preocupa su pareja imaginaria, quien se diría sin brújula. 
No por nada soporta a la Tic. Cómo agradecer que me veles, P.    
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LAS IMÁGENES SON DE UNA PELÍCULA Y UN PINTOR. 
HAGO CRÓNICA, JAMÁS FICCIÓN, Y MAL INVENTO ESTO Y AQUELLO EMPUJADO POR SUEÑOS QUE RECLAMABAN INTERPRETARSE Y POR UNA VEJEZ TEMPRANA RENUNCIADO A LAS MUJERES SIN IMPORTAR CUANTO SIGUE DESEÁNDOLAS.
EL ÉXITO NO ES MENOR, PUES ASÍ TOPO LOS EXTREMOS DEL AMOR CARNAL. UNO CONDUCE AL MISTICISMO Y OTRO A LA PERVERSIÓN, QUE DEMANDAN CABAL CUMPLIMIENTO ANTES DE CRUZAR LA CALLE RUMBO A LOS VELATORIOS, JJJ.
LOS ELEMENTOS CENTRALES VIENEN DE EXPERIENCIAS EN DIVERSA MEDIDA VIVAS. HUBO TRES SUEÑOS, CIERTAMENTE, UN MAPA SOBRE LA SEXUALIDAD DE ESTA CASA, UNA JOVEN X TAL COMO QUEDA RETRATADA Y HASTA UNA TIC DE CARNE Y HUESO, QUE A LO LEJOS ME CUIDA AHORA. 
ANTES DE ESTA SUERTE DE DIARIO HAY TRES CON EL MISMO NOMBRE, Y VARIAS VIÑETAS EN LAS CUALES DIGO ADIOS A MI HISTORIA AMOROSA DE PIEL A PIEL Y ALMA CONTRA ALMA, Y NO FANTASIOSAMENTE, PUES PARECE IMPOSIBLE OLVIDAR EL DESEO Y LA URGENCIA DE MIRARSE EN OTRA INTIMIDAD.
LA MILAGROSA ES UN REMATE IDEAL Y POR ELLO ME PROMETÍ QUE RENUNCIARÍA HASTA LOS FANTASEOS. NO LO LOGRO, PRACTIQUÉ NUEVAMENTE EL ARTE DE MASTURBARSE, SÓLO PARA VIEJOS, Y EN UN DESCUIDO VOLVERÁN LAS ACCIDENTADAS RELACIONES CON VEINTEAÑERAS QUE SIN QUERER ATRAIGO, SE CREA O NO, POR CONFIANZA.
ENTRE ESTO Y AQUÉLLO SIGUE PRESENTE LA TIC. NUESTROS ENCUENTROS AL AMANECER SON PUNTUALES Y GUSTÁNDONOS ESTAR FUERA DE MODA INTERCAMBIAMOS CORREOS DURANTE EL DÍA. 
CUANDO POR AZAR VEO LAS FOTOS QUE SOCIALIZA ESTÁ CON UN JOVEN. JAMÁS PREGUNTO POR ÉL Y ELLA NO DICE PALABRA SOBRE LO QUE DE OTRAS LEE AQUÍ.     
Debería temer la canción, Tic, por lo que nuestro director de cine preferido descubrió para los demás y yo olvidé no sólo porque la Princesita de mis dieciséis me asesinara frente al muro escolar.
Para todo das permiso a este Cuac, sabiendo que regresará cada vez más necesitado de ti. Sufres por los pequeños sufrimientos de él, a quien acompañarás hasta el último día.

Esta es la foto con que volví a dar contigo, casi exacta a la única guardada en mi computadora. Quité a N, quien aparece a tu lado, y ahora no encuentro el original.
Enviaste el correo está mañana, al leer las viñetas que registran los inútiles empeños amorosos del viejo, cuyo fin declara liberado. Siempre me animas a ellos, tras consultarte sin palabras, con conciencia de ser la alfombra que conduce mis vuelos. 
Imposible la reunión, aceptamos luego de probar. Mil kilómetros y dos urgencias nos separan.
Una joven creyó ver sombras del pasado en esta casa. Lo negué y era verdad, pues representas algo muy distinto, que no hay manera de explicar sino a mi hermanita y la Tera, quienes en todo me entienden. 
En la segunda viñeta que te decidió al correo, B se esconde para ti en un hotel con quien se comportó genialmente. Sabes que lo que haya sucedido allí fue en un plano de realidad paralelo y ni un ápice le roba al secreto Tic-Cuac.
De pasión carnal y misticismo era lo que construimos, terminé comprendiendo en sueños, recuerdo para regresar donde quedó el diario.  
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Voy a dormir, Inespe, para estar a tiempo en el amanecer. 
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Regreso antes de tiempo para un tema delicado.
Te obligué a partir por miedo: nos iniciábamos en la perversión y de continuar no habría regreso.
Respondí las incitaciones de X por su semejanza contigo en una puntual, determinante cuestión. La diferencia resultó abismal allí donde más importaba. En el mundo exterior que ambas temían, de mi mano tú fuiste luz y ella una ostra insoportable que abandonaba la concha sólo al mediar el deseo. 
Lo ejemplifico dentro del Metro que aborreció hasta cuando de súbito fue un ser radiante. 
-Se debe al fresco viento por el respiradero- pensé y mis ojos toparon la razón en el reflejo del cristal. 
A espaldas mías había un par de apuestos jóvenes y ella les coqueteaba con tal descaro que estuve seguro marcharía con ellos si se lo proponían o no, de tener tiempo para exhibir sus encantos. Desafortunadamente bajaron en la próxima estación.
Al llegar a casa exigí saber cómo pensaba atraerlos. Negó todo por cinco minutos. Luego, con el provocador gesto aquel y la mirada extraviada recreó en detalle su imaginación del instante.
Seguiste la historia con X, Tic, segura de que lo cálido reproducía nuestro tiempo. No hice trampa, pues esos pasajes sucedieron cuando había tres mil kilómetros de por medio, y coloco la foto por cuanto la refleja, sin ofender tu belleza. (CIERTO, TAMBIÉN, PUES OCULTA EN LA INESPER HAY UNA JOVEN DE 2008, QUE SE ASEMEJA EN PERSONALIDAD Y ROSTRO A BETTY BLUE. TAMPOCO IMAGINO NUESTROS ENCUENTROS SIETE AÑOS DESPUÉS AL AMANECER.) 
Contigo continúo cumpliendo lo imposible en vida para cualquiera. Con la muchacha costeña proyecté eso otro que debe alcanzarse para morir en paz y que a nosotros nos habría conducido a la locura: ir a los más oscuros nichos interiores.
Ahora hace sentido la canción con que inicié, en esta película de culto para la Tic y el Cuac.
Como sea, nos queda ahora quizás lo mejor. Volveré a tu ciudad en una semana, aprovechando las vacaciones de N, y si sale bien lo que planeo habrá mutuas visitas cada poco. 
Alejé al fin el apremio por la piel y seremos juntos quienes tú y tu pequeño más quieren. 
Hasta dentro de dos horas y cinco minutos para ti, hija del Pacífico -estuve a punto de poner algo más fuerte, jeje.
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Pides que desarrolle la noche con X, quien por lo demás en otro cuaderno tiene una viñeta: Gran clásico. ¿Cuál es el motivo? ¿Exploras también la relación entre misticismo y perversidad? Son muy parecidos, creo.
Aquélla noche y según me contó paladeando las minucias como siempre, X había concebido una estrategia: al aproximarse nuestra estación se acercaría a los jóvenes, para entonces muy interesados en ella, y con su fantástica capacidad para transfigurarse como esencia del pecado -las fotos en mi disco duro reflejan fielmente el fenómeno- les preguntaría ¿Se bajan en la siguiente? rematando con un ¿Verdad?, que no dejaría duda sobre sus intenciones.
La "siguiente" no era donde por lo común descendíamos para llegar a casa, sino la estación previa. Estaba segura de que irían tras ella y para confirmar el reto voltearía pocos metros adelante. Previsora, había calculado que yo bajaría detrás de ellos para escuchar cómo su deseo crecía sin control. 
Noche plena ya, el parque que nace a un costado da aires de abandono a la calle, ella atravesaría hasta él y con una maestría corroborada muchas veces por mí, se desharía secretamente del sostén .
-Odié llevar pantalón y no falda, aunque el pantalón tiene su encanto, jeje. Ellos esperarían que los llevara a un departamento, pero no podrían resistir la tentación del parque... porque aquí, te juro, no los traería -dijo en uno de los usuales paréntesis que introducían el explosivo toque de inocencia.
"Crucé el parque -continuó con un lapsus elocuentísimo- ...perdón: lo cruzaría, jeje."
Para ese momento estaba a horcajadas sobre mí, por aquietarme como partícipe de su juego mental y placer táctil: mi mirada, mi boca, mi sexo, mis manos, enfebrecidos.
(NO AÑADO UN GRAMO A LA REALIDAD, SEMI IMAGINARIA TIC.)

(LA TIC CANTA COMO UNA DIOSA, SEGÚN QUEDA DICHO EN EL DIARIO ANTERIOR. APRECIA A ESTA MUJER QUE PARA MÍ TRAE MUCHOS RECUERDOS Y QUE POR SUPUESTO NO ESCAPA A TERCIOPELO AZUL O TWIN PEAKS.)
Había algo hermoso en la transgresión de X. Si estaba en nuestras naturalezas -la suya, la mía, la del par de jóvenes que sin duda habrían ido tras ella y la de quien sabe cuántos y cuantas soñando con momentos así-, decidirse merecía aplausos y concebirlo con arte era un plus nada despreciable. Yo recibía el fruto, por fuerza ácido, devorado por los celos y el antojo.  
Claro, seguíamos en terrenos del sueño. De materializarse, ¿cuánto nos habría destruido, deconstruido o reconstruido a los cuatro? ¿En mi caso sentiría placer o la odiaría a lo llano, incapaz de tolerar los detalles que ahora paladeaba y eran la ruina para eso poco aún en pie entre nosotros?
¿Te pierdo con la confesión, PEsta mañana quería contártelo cara a cara y no me atreví. ¿Puedes seguir queriendome como el protagonista a la mujer en Terciopelo Azul, digamos en un exceso? ¿Quién hace de villano aquí?, ¿X? ¿A su través habla algo tan vil como aquello? No hay manera de asegurarlo. 
¿Notas lo bien que la canción acompaña el recuerdo? 
¿Nos aguardaba una cosa por el estilo cuando forcé tu viaje? Horrorizados contestaremos que no, callando yo mi historia: Ella, M, las úlceras que a los tres nos heredaron.
El Cuac era la tierna criatura que atestiguabas con los nietos y también el otro bajo las dulces manos sobre tu cuerpo. 
¿Y P? Volvamos sobre una tarde a fines de octubre...
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Me detuve porque sonó el correo. Eras tú y te imaginé frente al teclado, con esa presencia que está por encima del bien y el mal.
No te duelas Cuac siempre supe muchas cosas mas que lo que parecía
te quiero 
Pasas un link acompañado de un Jeje. Esa Tic, jjj.
Escogí a Betty Blue para representarte. ¿Debió ser al revés? Ambos sabemos que no hay respuesta.
(P REALMENTE ENVIÓ UN CORREO CON ESAS PALABRAS Y ESE ENLACE. LEE EL DIARIO. NO LE FUE DIFÍCIL DESCUBRIRLO PORQUE SIGUE MIS CUADERNOS HACE OCHO AÑOS, CUANDO PASÓ UN TIEMPO EN CASA. LAS CUAC FANTASÍAS NO SON DEL TODO FANTÁSTICAS. EN CUANTO A X, INSISTO, SOY PUNTILLOSO AL CONTARNOS.) 
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El deseo es amor, escribí por ahí, y que nadie llenará el hueco de X. Fuera de ti, Tic, ninguna pareja estuvo dispuesta a llegar donde quiera que nos llevara el deseo, exceptuándola a ella. Tú y yo habríamos muerto en el proceso, haciendo un camino muy otro y con idéntico sentido, pues buscaríamos nuestros rincones más lóbregos. Vaya que los teníamos, aclaré hace tiempo. Salían de la experimentación del mundo entre miedos atroces. Nadie se pensaría menos propicio a una película de Lynch que tú y yo, por separado y codo a codo. 
Nos obsesionaba permanecer como un par de ingenuos, escribo y borro. Ni lo pensábamos. Así eran P y B. Cosas terribles podían pasarnos o pasar alrededor y no había forma que se tradujeran en visiones apocalípticas. En ti eso resultaba doblemente asombroso, pues yo los abismos del dolor no los experimenté en carne propia, aunque casi.
¿Por ello nos dejarían fuera de Mulholland Drive, pongamos? El personaje central de Terciopelo es el colmo del candor y la película abofetea las cándidas apariencias.
Volviendo a los ejemplos, M pertenecía a una familia truculenta y quedó a medio camino en su promesa de perversidad. X, cuyos padres y abuelos eran pecadores comunes, en cambio y por motivos parecidos a los tuyos no tenía fin. Quizá la diferencia estaba en el distinto papel que se asignaron: pasivo el de la primera -sexualmente, subrayo, porque en otros planos...-, y revolucionario en la segunda.  
(ROY ORBISON ES EL AUTOR DE BLUE BAYOU, SUS CANCIONES MUSICALIZAN TERCIOPELO AZUL Y ME PARTEN EL ALMA RECORDANDO A LA PRINCESITA ASESINA.)
Terminaré de contar lo que la joven costeña concibió aquella noche, pues seguimos el rastro a la perversión, Tic fantástica y real, intrigada ya.
Ellos apresurarían el paso, alcanzándola en la acera y ella sin voltear conminaría disfrutando su ansiedad, dirigiéndose al parque.
-Aquí no -dijo en presente, metiéndonos en la acción, casi reales los cuatro, pues yo a una vez contemplaba de lejos y asistía- y ubiqué la mejor banca, semiescondida entre arbustos.
Respeté los tiempos a rajatabla, acariciándola y besándola apenas mientras ella parecía ignorarme o me ignoraba sin más, trasladada al lugar.
(COMO EL MONSTRUOSO PERSONAJE DE TERCIOPELO, LLORO AL ESCUCHAR OTRA VEZ BLUE BAYOU. EN VERDAD QUEPO EN LA PELÍCULA, TIC I Y II. POR CIERTO, ESTOY VOLVIENDO A ENAMORARME DE TI, SEGUNDA. NO TE APURES, ME HICE UNA PROMESA Y LA CUMPLIRÉ CUESTE LO QUE CUESTE. BASTA TRASLADARTE A LA P PRIMERA... BUENO, ESA ERES. UY, QUÉ LÍO, JEJE.)
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No juegues con mis emociones, Tic originaria y actual. 
Es culpa de la canción, no hagas caso.
¿Recordamos a los presentes que las primeras entregas del diario te decidieron a vencer el miedo y por fin cantas en público? 
Menos mal que vives todavía más lejos que la madre de N, sino... seguiría amándote a través de ella, sin reconocerlo y en la medida posible pues la Tic de nuestra viñeta existe también por los carnales sueños, el recuerdo de X y la perversión que asoma, asoma sólo y en consecuencia más marea. 
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Qué revolucionario chat inventamos, Tic II. Yo le doy al blogger y tu al ce, jjj.
¿Cómo quieres que siga aquí, o le paro?
...
Misticismo y sexualidad, dices.
No sé del tema más lo que puede deducirse a lo intuitivo y no investigo pues conociéndome terminaré peor que al comienzo. 
"El misticismo fue problemático para los mismos pensadores católicos", leo por ahí, y en otro lado, que una de las aberrantes dictadura latinoamericanas introdujo un espíritu místico-perverso. Consulto luego Los poderes de la perversión, escrito por un hombre talentosísimo, cuando menos. Empieza citando:
"Hay una idea conductora de los pueblos. Hay una ley. Parte de una idea que se eleva hacia el misticismo absoluto..."   
Él la encuentra "encarnada por la Familia, la Nación, la Raza, el Cuerpo", y así perversa.
Quitamos pues su aureola a lo místico y ya no es necesario que este viejo vuelva a sus necedades sobre San Juan de la Cruz y puede irse directo a otro gran poeta español para relacionar el tema con el erotismo. El macho cabrío, dice, "Místico eterno/ Del infierno carnal" derramando "lujuria virgen", pasión pura.
Como observan, P I y II, jjj, estamos ante una gran cuestión y yo soy un imbécil irredimible, decadente de paso -así, sin coma- y místico-perverso, si la fórmula no es una redundancia. Ni modo, me gusta Orbison y con él dormía cuando la Princesita reveló para mí la eternidad.  
¿La de mis quince años está en los tres sueños placenteros? Gracias a ella el fantasma dibujándose antes entre nubes y viento por mi ventana abierta tuvo una forma, un aroma, un ser, que perseguiría inconscientemente hasta la llegada de quienes me reharían sin desaparecerla por completo.
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Vuelvo sólo a ti, la Inesperada madre de N, que vive en un puerto, a quien desde 2008 -mi obsesión por precisar el tiempo- amo muy por encima de cualquiera mujer real o imaginaría antes y después, incluida mamá, pues no la tuve, sospeché siempre y sé ahora. Tú, Virgen, y yo, Dios encarnado, como en los sueños
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Macho cabrío, "Místico eterno/ Del infierno carnal" derramando "lujuria virgen", pasión pura, quedé pensando con García Lorca.
Guardemos silencio:
¡Salve, demonio mudo!
Eres el más
intenso animal.
Místico eterno
del infierno
carnal...

(...) 
¡Qué gran acento el de tu mirada
mefistofélica
y pasional!

Tu sed de sexo/ nunca se apaga, dice y podría referirse a X. Si mefistotélica o no, el poeta la celebraría, entonces. ¿De él ser yo aquella noche, qué pensaría? ¿Vencido por ella se le habría postrado, reverenciándola? ¿Tu B se postró en reverencia, Tic?, ¿fue macho cabrío a la vez o simple mortal contrahecho? 
Tan lejos de lo primitivo resultamos el peor bruto, y X en cambio estaba cerca del origen. Su vulva se abría más arriba de lo común, como en una cabra, justamente; grito, demanda, aviso, también por su coloración.
Es hora de nuestra llamada.
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Pa mi Tic por encima del bien y el mal, sí.
¿Cómo hacemos dos P? ¿Revelamos que son una? 
Cualquier que haya visitado mi casa reconoce esa cama. La foto es de julio. 
Seré el que tú quieras, dice "nuestra" canción, y la tuya para este viejo: Entre tus cenizas las mías
Recuerdo cómo volvimos a encontrarnos, tras el sueño más plácido en sesenta y ocho años: arena que se apisona, tamarindos, palmeras y guajes, olor a mar, una empalizada en sombras y la mujer a quien apenas conozco. Busca algo entre mochilas, sacos para dormir, pacas y aperos en descanso.
Es bajita, morena, de piel aceitosa y generosa carne y no toma en cuenta mi presencia. Los cuerpos se tocan y contra nuestra voluntad giran juntos sin separarse un milímetro durante diez minutos como horas en que vamos orgasmo tras orgasmo, asombrados, preguntándonos, y ella adquiere una ductilidad inconcebible y tengo los ojos más hermosos que imaginarse pueda, e inclina la cabeza con gesto virginal y sus dedos rozan mi mentón y nadie jamás sintió algo igual, según sabe quien deja frutas y una jarra enviados por otros que atienden de lejos, silenciosa, reverencialmente. 
No hay manera de precisar el placer sexual en los demás, y sí deducirlo. Está mal que lo diga y ni modo: jamás me impresionó el relato ajeno y tuve a cambio el reconocimiento de cuánto recibían quienes estuvieron conmigo. 
La balanza fue fiel con X, sexualidad pura desde los once años en la costa de un país legendario por eso. Aun para mi encendida imaginación resultaba inverosímil. Los que la abandonaron volvían sin excepción, algunos tras temer sus excesos. 
Para entonces, Tic, había conocido contigo lo que sólo el sueño aquél y los siguientes superarían. Acompañé y desbordé la perversión de X cuando así se demandaba ella misma, pues en general lo suyo era maestría a secas.
¿Con qué rasero medir el deseo y la satisfacción del macho cabrío? El poeta puede decirlo pues lo atestiguó. ¿Por encima del caballo?, me pregunto recordando una escena con M. Campo adentro teníamos relaciones contra un árbol y el animal contemplaba con una excitación a punto de descontrolarse. Sudando, setecientos kilos de nervio y músculo reparaban, torcían el cuello, raspaban la tierra furiosos.
¿Cómo vine a dar aquí, Plasti? Perdona y vuelvo sobre el sueño. Al revisarlo entendí que estábamos en un pesebre moderno y la inclinación del cuello y los dedos rozando mi rostro recordaron las imágenes de la Virgen ante su adorado. 
De los otros dos sueños hablamos en diarios anteriores -este es el cuarto, ¿verdad?
Más que palabras, mi única Tic.
Por estar lejos el amor se hace melancolía. 
Esta mañana te pedí agradecer a la Milagrosa apartarme de más absurdas tentaciones por la piel. 
Lxs amiguxs no entienden mi desfachatez al contarte estas cosas. Aciertan y fuera de la hermanita y la Mal nombrada pierden cómo se urde nuestra relación.
No persigo a P en otros cuerpos, por quienes siento el mayor respeto. Estoy enteramente ahí cada vez. Al marchar ellos quedas tú, alfombra, sensación, memoria, proyecto. Dejaste un hombre, una casita, unas calles, unos cielos, unas luces, unos trinos, repletos de ti.
Más que palabras/ es todo lo que tienes que ser para convertirte en realidad, reinterpreto.
Aquella noche en que X recreó su osadía, fue maravillosa sucediendo. Cuando a solas después eché las cuentas contigo quise morir -no falta la coma. 
-Debí hacerle caso, mantenerla aquí y correr juntos los riesgos de la perversión -me decía. 
Hoy no hay consuelo, Cosa. 
Hasta dentro de tres horas esta vez, que es domingo. 
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La Inesper I-II estuvo a tiempo y amanecimos en su balcón a la playa que sólo puede disfrutarse de vista pues los malditos menores rondan -doce cuerpos de mujeres aparecieron en el estero durante estos últimos años, entre otras cosas. 
Vivimos en Terciopelo azul mucho más de lo pensado. 
El pueblo mágico la protege y con ella a N.

Joaquín Sorolla
Vestía una batita blanca de algodón hindú y sus hermosas piernas jugaban en la hamaca. 

Los primeros minutos fueron los habituales: de mirarnos y atender al mar. Sabia, digo hasta el cansancio, la Tic hace que su piel atraiga al Cuac con un mensaje: Serás tan viejo o joven como desees.
Cuando nos despedimos en el verano impidió verme al espejo antes y después del largo encuentro en ese mismo balcón, recordando el efecto que otro me produjo en la casita
Hoy, luego de leer mi historia con la Milagrosa, seguro olvidará empeñarse en que vuelva al apremio por la piel y no del regreso a las fantasías con ella.
Callé en la mañana y ahora le cuento cómo regresa a mi cuarto. 
En agosto, creo, borracho de tu recuerdo, de café, música y noche, estuve horas recreando un ensueño. Nos conocíamos desde el inicio del curso en que la Princesita desplegaría su coro para atraerme. Apenas vernos algo se conectó para siempre entre los dos. 
Por años años reprodujimos una escena: a punto de que me decidiera a confesarte lo que sentía, encontrabas un hombre, hasta el aparentemente definitivo. 
Habías terminado con él tiempo atrás y llegó a tus oídos que me marchaba a una aventura sin regreso. Hacía el parco equipaje necesario y tocaron la puerta. Eras tú. 
-Te vas, ¿verdad?
-Sí.
-Lo sabía hace mucho -dijiste y no podía entenderlo, pues según yo apenas acababa de decidirme. -Voy contigo.
-Estás loca -respondí extrañadísimo: la empresa no tenía nada que ver con tu manera de interpretar el mundo. 
-¿No te das cuentas?
-¿De qué?
-Qué llevamos mil años postergando lo inevitable... Bueno, reconozco que fue culpa mía. 
-No comprendo o no quiero comprender -dije por miedo a mentirme.
-No hay manera de que te vayas sin mí.
-Me vas a volver loco y necesito la poca cordura que tengo -corté y ya estabas con la mochila en las manos para reordenarla. Te la arrebaté:
-¡Basta de juegos!
-Dame aquí -fue tu respuesta, completamente segura de ti, del influjo que ejercías y del destino. ¿El destino?
Puedo seguir líneas y líneas con la estampa. 
Hasta aquí estamos en un melodrama telenovelero. No lo era o no del todo, siquiera, porque mediaba la muerte y el absoluto más allá de ella.
Como ves desaparece el abismo entre nuestras edades, y en cualquier caso la escena se reproduce cuantas veces quiera con muchas pequeñas variaciones, mística, pienso sin encontrar otra forma de llamarla. El macho cabrío surge a la manera del sueño aquél y así cuál compulsión.
¿Qué es unicidad?, ¿lo previo al paraíso perdido? 
No nos ayuda la locación, Tic, ni desde luego mi torpe relato. Lynch tendría que prestar su talento un rato, mientras suenan las canciones a modo.
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Falta la muerte, su oportunidad, para quitarle a la fantasía el tono telenovelero, rumbo a tonos trágicos.
No puedo reunirme para siempre contigo, Tic, ocupado en lo que aquí no se aclara. Tiene relación con la aventura sin regreso cuyo inicio interrumpes por un momento al llegar intempestivamente.
Hace poco escribí: El hombre con prisa no mira el reloj. Hace tiempo sabe que la hora marcada se adelanta y revisa los trajes ceremoniales. Cuando toque, si elige el primero será para tenderse sobre la cama y esperar. El segundo lo conducirá a las montañas, solo entre coyotes.
Dos años y siete meses faltan, cuando mucho, para que alrededor de nosotros todo vuele por los aires con resultados quizá venturosos. 
De hecho la fantasía había principado no con P. Llevaba días imaginando inviables, portentosos medios que adelantaran el estallido. Multiplicaban uno al cual me decidí entonces -como hago crónica y no fabulación, según afirmo, precisaré: no había nada fuera de la ley, sino justo lo contrario, si bien compelido. 
Viviendo viejamente de prestado, como afirmo pues mi abuelo murió a los cincuenta y ocho, no me preocupa adelantar el tiempo y dejar de paso un último rastro romántico.
Entonces llegaste para acompañarme en lo que no crees. Si ahora resultaba que nos encontramos a los quince de los dos, bien podía atribuirte la preocupación por el dinero, absurda para ti. El caso era tenernos juntos de una equivoca manera desde nuestras adolescencias. Así mi historia amorosa te contenía apenas nacida. 
Conforme al día en que apelo a la fantasía, recordamos explícita o implícitamente cómo fue el primer encuentro, dentro del patio apenas comenzó un nuevo nivel escolar. 
Eso yo de cabello siempre revuelto por juegos y chanzas, levantó los ojos al sentir tú mirada -ni más ni menos que la de la Princesita entre sus súbditas-. Eras mucho más madura que todo el colegio reunido, y me contemplabas con unas fascinación semidisimulada, ya que según sabríamos cuando reordenaras la mochila para nuestra marcha, por única vez sentías envidia por la inconsciencia.
Eso representaría eternamente -de vuelta: escojo con cuidado la palabra- para ti: el infantilismo, el impulso y la libertad irrestrictos. En Siluetas pruebo, creo, que Romeo y Julieta obraron de la más juiciosa manera y morir era perpetuar el presente. Ella me la robó de un minuto a otro: el mismo año tú vienes a ofrecérmela y ambos la reconocemos sin ambages décadas después. Hay reconocimiento y no más, porque de eternidad hizo el uno al otro intercambiando la primera mirada.
Que tu madre lo sabe mejor que nadie, dices, la llamas y entonces reparamos: el lugar está en ruinas, la guerra comenzó antes de que llegaras y el teléfono es un riesgo. 
Le explicas sin soltar prenda bien a bien y responde con alivio de vuelta inusitado:
-¡Vaya, al fin!
-Eso mismo dijiste cuanto te anuncié mi boda.
-Sí. Qué equivocada.
Abre el altavoz:
-Hola -la saludo.
-Hola, hijo -responde con esa conmiserativa voz que hace mucho acostumbra cuando me ve. 
-Mamá, ¿con quien creíste que me casaría, al contártelo aquella tarde?
-Con B. 
-¿Conmigo? -digo asombrado. 
-¿Y qué pensaste al saber que no?
-Que desperdiciabas la única oportunidad para abandonar la armadura que te hizo tu padre. Guardé los comentarios y de noche me asomé para verte llorar a solas. 
¿Por qué Terciopelo Azul entonces? ¿No basta la música para explicar?
Llorabas a tus veinti pocos y yo también, días enteros, por lo irremediable. Jamás se me ocurrió que nos reuniríamos. Nuestro romance había durado sólo lo necesario para repararme tras el asesinato de la loba envuelta en su mejor ropaje. No pedí más pues el acto parecía claro, contra cuanto gritaban los cuerpos que no hallaban fin al buscarse. Los tengo todavía marcados.
Ahí te convertí en alfombra. (SÉ PERFECTAMENTE DE QUÉ HABLO EN LA DOBLE FANTASÍA -P SEMIMAGINARIA CONVERTIDA EN FANTASMA-. PREGUNTEN A MÍ POR C EN LA EXPERTA Y LOS ENSUEÑOS VAN DELATANDO SU CONSTRUCCIÓN.)
En verdad no parabas de abandonarme -en la fantasía. (OTRA VEZ: CONOCEMOS ESTE TEMA A LA PERFECCIÓN, ¿NO, C?) 
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Hasta el amanecer, Cosita.