domingo, 29 de diciembre de 2019

Última Gira decembrina

No en balde mis cuadernos recuerdan siempre cómo inicia Simbad:
"Para entonces la historia (...) corría de pueblo en pueblo. Todas las noches al salir la luna, los beduinos se la contaban al amor de sus hogueras, y cada vez que pensaban en Simbad creían oír el rumor de las olas en medio del desierto."
 

-Puedes leernos algo al terminar el acto -dicen.
¿Una Última gira decembrina con las viñetas que escribí en estos días? No, claro. A cambio sirve de pretexto para reunirlas.

Un clásico del Grinch
 
Nochebuena y yo ayuno. Un clásico del Grinch, ¿no?
Camino a mi siesta nocturna la vecinita me ofreció lo que cenarían en casa, donde minutos antes se representaba un espectacular drama con ella como centro, mientras yo escuchaba sinfónicos Sostos tras Sostos pensado:
-Si viviera aquí, Lynch, tendría materia para varias películas.
No hice el súper y arañaré las paredes hasta que al rato aparezca otro vecino, éste puntual cada madrugada, cuando lleva a esposa e hija para vendimiar comida demandada por el primer empuje del hormiguero.
Traerá un itacate, seguro, y entonces sin más pretexto Venga a nos, providencia, dirá mi panza, pues si la soberbia música alimenta, no llena.      
Llueven aplausos sin término, pareciera, a directores y orquestas. Hay afición en ello, apasionada, alguna, y universal conciencia de que para pagar boletos tan caros se escenifican vidas cuya tragicomedia recogen esas obras contemporáneas, digamos con licencia recién probada por la familia de mi vecinita, narcomenudista y reguetonera -a quien no pediré me ofrezca otra cosa que romeritos, pues el hambre, según observan, droga.
SIGUE... LUEGO DE QUE EL VECINO TRAIGA ALGO, PORQUE CIGARROS Y CAFÉ NO SON SUFICIENTES PARA ESTA INSIGNE TAREA, JEJE.

Vacaciones
-Voy al "Sur..." -informo a mis crias, para olvidarnos de la comida con que festejaríamos estas fechas.
Por tercer año consecutivo le fallaré a Roberta, con quien quedé en sumar estudiantes capitalinos  a los actos en recuerdo de la autonomía
universitaría que su estado ganó a sangre y fuego, cuando el movimiento cívico echaba a andar. Iré solo, aprovechando para visitar a esta y aquel. 
Entretanto sigo el viaje de la Tic y N, al cual me referí hasta cansarlos, nietos multicolores.
-La revolución mundial no conoce vaciones, culerxs -no me canso de gritar en cuentitas virtuales, bromeando y no pues grupos formados aquí y allá cronican acontecimientos que lo confirman. 
Pregunto a mi amita dónde andan. 
-Aquí.
En este pueblo no hay selfies, parangonemos a Rulfo.
-Me saludas al Flaco Jiménez.
-Creo que ya murió. A ver si saben los que veré hoy.
-¿Tocaron con él? -respondo sorprendido.
-Tal vez.
Para su N, entonces, la Inesper conecta músicos no solo trashumantes.
-Pues más o menos -dice al leer.
-0-
No quiero molestar a mi anfitriona, que prepara el acto para pasado mañana, ni a otros, ocupados en sus cosas, y esta ciudad del "Sur..." es tan poco paseable como cualquiera país adentro. Así que voy a un parque, intento comunicarme con la Tic y sigue sin línea. 
Tengo hambre, busco dónde comer algo apetitoso y no encuentro. Anochece y si me descuido terminaré en calzones o deslizándome con una piedra -léase cocaína hecha para morir pronto- que los próximos sicarios proporcionarán amablemente -¿exagero?; los invito a calcularlo. 
En este pueblo no hay selfies, aclaré ya parangonando a Juan Rulfo, aquí en versión Luis Buñuel.
Subo entonces la última foto que tomé en casa.
El peluquero pagará cara su osadía.

Es de nochebuena y, por tanto, tras el ayuno.
¿Está deprimido ese hombre? Tal vez, como su realidad.  









¿Hubo un tal Foucault?, pregunta yo el abusador
-Había un hombre llamado Foucault, ¿sabías?
-Creo que sí -me contesto, pues hablo conmigo.
-Mató a mi padre ideológico.
-¿El tal Sartre? ¿Tanto así, asesinarlo?
-No tengo idea, solo la impresión. ¿Quién entre tú y yo hace de despistado?
-Los dos.
-Ah, bueno, entonces puedo decir que creí que
Las palabras y las cosas, obra fundacional fouconiana -¿o no?- ¿respondía a esta, cuya
lectura conmocionó nuestra adolescencia?
-En absoluto -tercia el desconfiable alterego que tenemos.
-Como sea, reconozcamos la pertenencia a otra época, si bien y como investigadores natos...
-Uy, ya salió el ego a secas a relucir.
-Calla. Si bien, sigo, cada que aparecía una idea subversiva en ese marasmo universitario también culpable de nuestro temprano asco por los estudios...
-La estúpida partición del conocimiento.
-Eso. Al topar de cuando en cuando, pues, perspectivas nuevas, les seguíamos el rastro los diez minutos que dedicarnos a esto y aquello urgente nos permitían.
-Resumiendo.
-De noche, pasó para mí, tú y el alter, la marea revivificadora: Derrida, Lyotard, etcétera, y luego, claro, todo lo que hoy resumen De Sousa y compañía.
-¿Y?
-La amada Monelle viene a resultar sospechosa, por ejemplo.
-¡No chingues!
-Léete en Corazón Mío. 2, maldito abusador.
-Sois un desmadre -dice Belarmo abuelo mexicanizándose-. Y basta ya, que el viaje...
-¿Quién? -pregunta Roberta por el interfón. 
Doy santo y seña y subiendo las escaleras videollamo a mi Tic para mostrarle el lugar. No responde. Debe estar ya desierto adentro.

Corazón Mío 2
-Soy trabajadora sexual, bailé provocativamente en un bar, dejando que los hombres me besaran, y al rogarles no penetrarme usaron sus puños -dice Judy Foster en la película donde encausa por violación a esos tipos y gana. 

Escribí esto sin pedir permiso a Corazón Mío. La busqué cuando al leerlo me di cuenta de lo que en verdad sucedió y no solo en el momento.
Por supervivencia, una mujer necesita avanzar profesionalmente y sus circunstancias le cierran las puertas. 
La atrae ese hombre y hasta puede quererlo. Se juntan, los planes no marchan y decide irse. Repentinamente él recibe un regalo que para ella significa ser o no ser en adelante. ¿Cómo convencerlo de cambiar la decisión si ahora apenas se soportan? Tiene a mano el recurso cuya magia conoce Monelle, desvalida entre desvalidos.
-Aprende a disfrutarlo -le dijeron expertas voces hace mucho.
¿Abusé?, me pregunto. Sin duda. Poder y necesidad fraguan y fraguan, en esta basura que creamos por los siglos de los siglos, amén.

Vuelvo al día, cuyos detalles me reconstuyó: 
-Ponte ahí -donde el carpintero trabajando la contemplaba. 
Hacía como si lavara platos y se estiraba para alcanzar algo con el talle semidoblado, que dejaba a la vista los muslos en su nacimiento. Luego revisó la tarea del hombre y así al agacharse su sueter abierto permitió apreciar los pechos insinuados, con morenos, enhiestos pezones. Finalmente fue a nuestra biblioteca y con quejas por mi desorden acomodó libros que había alebrestado a propósito y estaban en estantes altos.
Tras unos minutos el carpintero fue al pasillo preguntando si podía pasar al baño y Corazón, atisbada, jaló aprisa la falda para esconder su sexo y destapar por completo sus piernas, con carita de ángel pecaminoso.
-Ay, qué momento.
Paladeaba el recuerdo e hizo un largo silencio que nos permitía a ambos imaginar las sensaciones que experimentó aquel hombre cada vez más familiar, cómplice, si bien los ases no pasaban todavía a su mano y quizá no lo harían nunca. 
La complaciente inmovilidad de ella le animó y se detuvo a unos pasos.
-¿Me deja decirle que es usted muy hermosa?
-¿Cree?
-¿Puedo mirarla?
-Si quiere. 
La describió con dulzura, palmo a palmo.
-Se ganó un beso  -dijo y fue hacia él. -Sin tocar, conste. Sino, grito y vienen mis vecinos. -Embelesada, recargó el cuerpo. -¿Qué hace?
Le acariciaban los brazos cariñosamente. 
-Usted empezó. 
-Perdón. Ya no. Solo besar.
Detuvo el minucioso relato para subrayar la clase de juego que había establecido. 
-¿Seguía allí, ¿ves? Entonces me apretó.
"Déjeme", le pedí, porque eso hice: perdirle, nada más. 
Tomo sus piernas, cargándola. 
-No -rogó ella en tono de desmayo, que reprodujo para mí.
-Sí -contestó él y la llevó a la cama, sentándose al costado.
Caricias y alabanzas, más Nos como sino tuviera fuerzas o en verdad las hubiera perdido.
-Mire cómo está.
Nuestro hombre se refería al grueso líquido que se tejía desde el sexo de ella y la besó arriba y abajo.
Corazón lo observaba, contestando con su respiración fatigosa y el insistente adverbio.
Nuestro hombre procedió a desnudarse y a mi socia en locuras le gustó ese cuerpo.
-Nada más cariñitos y besos.
De nuevo juntos, por acto de magía él tenía un condón en la mano.
-Entrar no, por favor. Si quiere lo masturbo. 
Volvío a besarla estando encima suyo sin que casi la tocara.
-No.
-Sí...
Corazón jugaba a nuestras perversiones y ambos y su coprotagonista teníamos profundamente introyectados los roles que esta película denunciaba ya en 1986.
En la realidad nadie ganó un juicio semejante. 

Oficio de poseídos
Vi estas entrevistas. Me llamó la atención qué tan táctiles eran estos hombres. Ninguno parece un genio y todos trabajaron como demonios desde niños. 
Poseídos por las letras, los llamaría. Ellas hicieron de ellos cuanto les permitieron sus humanas facultades, creo. 
Cuando escucho a escritores del montón vanaglorisarse horas enteras por la forma en que construyeron novelas y cuentos, siento pena y vergúenza. 
Comparados, Borges y Rulfo, sobre todo, aunque también a su manera Cortázar, son incapaces de explicar lo que produjeron. El mexicano llega al colmo y casi no puede decir palabra.
A cambio, Juan Villoro se toma dos horas y tanto explicando Pedro Páramo, inventándolo a modo:
https://www.youtube.com/watch?v=n-kZP_qzgGo&t=9s.¿Le daría de nalgadas el maestro?
-¿Y tú? -vuelvo al diálogo interno.
-No escuché el llamado, ni fuerte ni en susurro.
-Pero escribes.
-Como un desposeído que necesita ser escuchado por dos minutos entre el tumulto.
Se me quedó Rulfo. Lo leo. No sé si es genial. Solo que es lo único que tiene México, para quien sea mexicano. Yo no soy mexicano. Tampoco los sonorenses, creo, ni los mixes ni los huaves. 
Esas voces de él se oyen por todos lados aquí. Son de los muertos y yo no tengo muertos aquí. Aún así, por ellas vivo. 
¿Recuerdan esos agujeros hacia los cuales señalo en Desde la azotea? Sus secretos se dicen, sin revelarse a quienes no deben, entre El llano en llamas o Pedro Páramo. Escuchen.

Vacaciones 2
Es raro poner esa obra. Crecí entre Trópicos, frente al mar torrido tomé grandes decisiones y mi amita vive sobre una playa ardiente.
Conozco el que crío a Belarmo, gris y tormentoso, como este recreado por Debussy.
Para no ser menos que la familia y lxs amigos, me voy a Guerrero. No a las paradisíacas playas, aunque las de Chilpo y anexas no cantan mal las rancheras, digo jugando y hay quien cree escuchar una queja. 
Cierto amigo de papá pastoreaba turistas marinos y al nadar parecía tragarse las olas. Viejo, lo hacia a brazadas parsimoniosas. Me vio fisgoneando.
-Solo con la edad se descubre de qué trata eso. 
Quisiera imitarlo pero mi soberbia gana.  
¿Se entendió? ¿No? Ni modo, jeje.
-0-
Por la mañana la Inesper logra comunicarse.
-Leí lo que pusiste de madrugada: "Lo que quiero es que me den el Nobel y me robe la mujer más maravillosa del mundo (sin haber escrito nada, claro, y con la frescura de los setenta y dos años jjj.)" ¿Y yo quién soy? No me tienes nada contenta, eh.
"Oí a unos músico que, uf -continúa."
-Pásalos, no seas así.
-¿Crees que los grabaría? Estás bien cucú, Cuac.
-¿Qué dijo N?
-Se puso bien simpático, como pajarito moviendo la cabeza sin parar. Quién sabe cuánto pescó. Lo que importa es que lo adoptaron. ¿Qué tal allí?
-Estas también son gentes muy cálidas.
-Me voy. No sé cuándo volverá a haber línea.
-Si ves un beduino me lo saludas.
-Jeje. De tu parte.
-0-
Los rumbos donde murió Ana están cerca de aquí, trepando la montaña. Después se volvieron doblememente peligrosos por ese truco que llaman "guerra contra el crimen organizado.
Cuando hace poco acompañé al periodista italiano a una ciudad que dirige a la zona, los policías comunitarios (PC) estaban otra vez en circulación.
-No son nuestros -me dijo L. -Sirven a la nueva presidenta municipal, que liderea un cartel.
Luego aparecieron informes sobre auténticos PCCrac combatendo a quienes conocen como Ardillos, ahora asociados a un diputado y amos y señores de la histórica ciudad rica que domina lo que fue todavía unas décadas se reconocía secular territorio indígena compartido por dos entidades federativas.
-Vamos -propuso el periodista.
-Mejor no -le contestaron. 
Tomo un camión ahora, rezándole a Santa Utopía, mientras feisbromeo con Lupita: Volverán las oscuras golondrinas. Yo no, así que aprovéchame 
Según sube el medio destartalado autobús no debería haber más juegos y sino es eso lo que animan los pasajeros, sobre todo ellas, la vida vuelve a su curso.
-¿A qué va? -pregunta amablemente una señora.
Le digo y, en lugar de ausencias y silencios rulfianos, me respondé con el quedo alebresto que guardan estas tierras jamás insumisas.      
-0- 
No en balde siempre el inicio de Simbad, pues: "creían oír el rumor de las olas en medio del desierto." 
¿Lo escuchan, nietos, dormidos sobre sus camas, en pequeños cuartos contiguos que comparten un balcón y los acompañarán para siempre?
Es mi único, pobre recurso. Bueno, a veces narro sin más:

Mi obra maestra
El momento lo conté entrecortadamente en otras viñetas. Ahora va con nombres y apellidos, digamos. 

Cuando pinte mi obra maestra, dice el Mr en una canción socarrona. La había hecho a los ventipocos años, va aquí y se refiere al hombre que no por casualidad cito como referencia, quien
murió al cumplir cuarenta y ocho años en el Brooklyn State Hospital, especializado en enfermos mentales.


Sin duda conocía al demonio personal cuando subí a la azotea apenas supe andar. Sobre mis quince años escribí esto, ¿recuerdan?
La vida ha sido muchas cosas y entre otras, dolor, que no merece tratarse al paso. No decido si asomarme a través de él o alejármele a toda velocidad. Las vacaciones entre cursos antes de sacar partido de las luminarias, ha sido una mañana tras otra de espanto ante el espejo. Algo terriblemente oscuro aparecía en el rostro aquel, deformándolo. Por eso me agarro ahora a las miradas de los demás como a una droga...
Tres décadas y media después vivo en el Paraíso, donde dos niños me llevaron tiempo atrás. Una vez y durante un breve tiempo fui echado de allí por otros y pasé la prueba gracias al mayor esfuerzo que pueda imaginar, y soy muy imaginativo, bien saben ustedes.
Ahora huelo de nuevo el familiar tufo. Parece absurdo, pues todo marcha como debe, se diría. 
-Acompáñame a nuestra ciudad -pido a M. -No puedo solo.
Mal entiende hasta que vamos por el cheque cuyo monto me permitirá hacer una apuesta.
-¿Quién es realmente? -se pregunta viéndo al hombre de sus sueños temblando con la mirada vuelta sobre sí, y los seis meses a continuación olvida el tema, al verlo brillar.
Giro por mil sitios agitando cascabeles y nadie resiste la oferta. ¿Cómo, si nos haremos millonarios en éxito sin gastar más pesos que los míos? 
-Doc -le digo al muy sabio a quien en secreto recurro de súbito. -Deme algo para resistir. 
Odia esas cosas pero extiende la receta.
Tomo la primera dosis y ando por los techos de nuestro idílico hogar. El prodigio más pequeño me mira con extrañeza: sonriente en una silla.
-Estimado galeno, se equivocó, era al revés. Lo mío es volar. 
Saca del maletín una muestra médica de cierto vulgar amansador.
-¿Ya? -pregunta M, que desde luego no vive con nosotros, porque pasión y amor no se mezclan cuando hay crías de por medio. -Sí -se responde al leer el periódico. -¡Te dieron el apoyo! Explaya tus locuras.
Llamo por teléfono, según indican. 
-¿Perdón?
-Es un proyecto demasiado bueno, con todas las instituciones estatales respaldándolo.
-Pero pedí el doble, con una clara advertencia: He invertido cuanto tengo. ¿Sin ingresos cómo esperan que lo desarrolle?
-Son unos estúpidos. Lo llamo hoy mismo... Discúlpeme, no puede hacerse nada.
Esa tarde llevé al pequeño con su madre, sabiendo que lo perdía para siempre. 
Por suerte vivo en la azotea, donde refugiarme. ¿Verdad, don Woody?
Hecha, mi obra maestra.
 "Ultimos pensamientos sobre Woody Guthrie
"Cuando la cabeza te dé vueltas y el cerebro quede insensible,
Cuando creas que eres demasiado viejo, demasiado joven,
demasiado listo o demasiado tonto
Cuando te estés quedando atrás, perdiendo el paso
Arrastrándote lentamente en el agitado curso de la vida
No importa lo que hagas si empiezas dándote por vencido
Si el vino no llega al borde de tu copa
Si el viento te aparta a un lado mientras te sujetas con una mano
Y se suelta la otra y el sentimiento ha muerto
Y el fuego de tu locomotora necesita un nuevo chispazo para encenderse
Y aunque la madera sea fácil de encontrar tú no tienes nada
que ganar al ir por ella
Y tu vereda empieza a dar vueltas y tu calle se hace demasiado larga
Y empiezas a caminar hacia atrás aunque te das cuenta que te equivocas
Y la soledad se eleva mientras el día cae
Y mañana por la mañana parece estar demasiado lejos
Y sientes que las riendas de tu pony se te escapan
Y la cuerda se te escurre por que tienes las manos húmedas
Y tu desierto cubierto por el sol y tus valles siempre verdes
Se vuelven barrios bajos deshechos y callejuelas llenas de cubos de basura
Y tu cielo llora agua y tu cañería de desagüe vierte líquido
Y el relámpago flamea y el trueno restalla
Y las ventanas tabletean y se rompen y los tejados se estremecen
Y todo tu mundo se cierra con estrépito
Y tus minutos de sol se vuelven horas de tormenta
Y de vez en cuando te dices a ti mismo
"Nunca supe que fuera a ocurrir así
¿Por qué no me lo dijeron el día que nací?"
Y empiezas a sentir escalofríos y a dar saltos por culpa del sudor
Y estás buscando algo que no has encontrado del todo todavía
Y andas metido hasta la rodilla en agua sucia con las manos al aire
Y todo el mundo te observa como si fueran mirones
Y tu chica te deja, se fue volando hace ya tiempo,
Y tu corazón se siente enfermo como un pez a punto de ser frito
Y el martillo perforador se te cae de las manos a los pies
Y lo necesitas de verdad pero yace allí en la calle
Y tu campana suena muy fuerte pero no logras escuchar su tañido
Y piensas que tus oídos quizás estén heridos
O que tus ojos se han vuelto sucios a causa
del tenebroso espectáculo de la suciedad
Y te figuras que fracasaste en la disputa de ayer
Cuando fuiste engañado y burlado mientras hacías frente a un farol
Y tú llevabas todo el tiempo tres reinas
Y eso te vuelve loco, te hace sentir vergüenza
Como si estuvieras en la página central de la revista "Life"
Dando saltos alrededor de la maquinita de juego
Y hay algo en tu mente que te gustaría estar diciendo
Que alguien en algún lugar debería estar escuchando
Pero sigue atrapado en tu lengua y aprisionado en tu cabeza
Y eso te molesta horrores cuando estás tumbado en la cama
Y por mucho que lo intentas no puedes decirlo
Y hasta en el alma tienes miedo al pensar que podrías olvidarlo
Y tus ojos nadan por las lágrimas que hay en tu cabeza
Y tus almohadas de plumas se convierten en mantas de plomo
Y la boca del león se abre y miras fijamente sus dientes
Y su mandíbula empieza a cerrarse contigo dentro
Y estás boca a bajo y tus manos están atadas a la espalda
Y desearías no haber seguido aquella señal de desvío
Y te preguntas qué demonios estoy haciendo
En esta carretera por la que voy caminando, en esta senda que estoy tomando
En esta curva que estoy dando
En este camino que estoy recorriendo, en este sitio que estoy ocupando
En este aire que estoy respirando
¿Tan confundido estoy, tan totalmente confundido?
¿Por qué estoy caminando, hacia dónde estoy corriendo,
Qué estoy diciendo, que estoy aprendiendo
De esta guitarra que estoy tocando, de este banjo que estoy acariciando
De esta mandolina que estoy rasgueando, de esta canción que estoy cantando
De la melodía que estoy tatareando, de las palabras que estoy escribiendo
De las palabras que estoy pensando
De este océano de horas del que bebo continuamente?
¿A quién estoy ayudando, qué estoy destrozando
Qué estoy dando, qué estoy recibiendo?
E intentas con toda el alma
No pensar esos pensamientos y no permitir que
Ganen terreno
O que hagan que tu corazón lata con más fuerza
Pero tú sabes por qué dan vueltas a tu alrededor
Esperando una ocasión para salir y dejarse caer
Por que a veces los oyes cuando la noche se cierne furtivamente
Y tienes miedo de que puedan sorprenderte durmiendo
Y saltas de la cama, del último capítulo del sueño
Y no puedes recordar por más que lo intentas
Si eras tú quien daba gritos en el sueño
Y sabes que es algo especial lo que necesitas
Y te das cuenta de que ninguna droga hará nada por aliviarte
Y que no hay alcohol en la tierra que logre que tu cerebro deje de sangrar
Y necesitas algo especial
Sí, necesitas algo especial de acuerdo
Necesitas un tren que vuele rápido sobre una vía de tornado
Para que te lance a algún lugar y te traiga de regreso
Necesitas un ciclón sobre la sirena de una máquina de vapor
Que siempre ha estado haciendo ruido y tronando y soplando
Que conoce tus problemas más de cien veces
Necesitas un autobús Greyhound que no prohíba raza alguna
Que no se burle de tu aspecto
Tu voz o tu cara
Y que cualquiera que sea el número de apuestas en el libro
Siga rodando mucho tiempo después de la manía del chicle
Necesitas que abra una nueva puerta
Para mostrarte algo que ya has visto antes
Pero que pasaste por alto unas cien veces, quizás más
Necesitas algo que te abra los ojos
Necesitas algo que te haga comprender
Que eres tú y nadie más el dueño
Del sitio que ocupas, del lugar en que estás sentado
Que el mundo no te tiene vencido
Que no te tiene derrotado
No puede volverte loco no importa cuántas veces
Puedas ser maltratado.
Necesitas algo especial de acuerdo
Necesitas algo especial que te dé esperanza
Aunque esperanza sea sólo una palabra
Que quizás dijiste o quizás oíste
En el rincón de alguna curva muy abierta
Pero eso es lo que necesitas y lo necesitas de verdad, amigo
Y tu problema es que lo sabes demasiado bien
Por que parece que empiezas a sentir escalofríos
Porque no puedes encontrarlo en un billete de dólar
Y no se encuentra en el antepecho de la ventana de Mary
Y no se encuentra en el mapa de carreteras para niños ricos
Y no se encuentra en el club de estudiantes para niños ricos
Y no se saca de ninguna semilla de trigo de Hollywood
Y no se encuentra en ese escenario de débil iluminación
Con esos comediantes medio tontos encaramados en él
Declamando a gritos y desvariando y llevándose tu dinero
Y piensas que es divertido
No, no puedes encontrarlo en ningún club nocturno o club náutico
Y no se encuentra en los sillones de ningún club de lujo
Y tan seguro como que existe el infierno te dirás
Que por mucho que frotes
No lo encontrarás en el resguardo del billete
No, no está en los chismes que la gente te está contando
Y no está en la loción contra granos que la gente está vendiéndote
Y no está en ninguna casa hecha con una caja de cartón
O bajo la blusa de ninguna estrella de cine
Y no puedes hallarlo en el campo de golf
Y el tío Remus no puede decírtelo y tampoco Santa Claus
Y no está en el peinado de crema o en los vestidos de algodón dulce
Y no está en los maniquíes de los almacenes baratos ni en los comics
 de los chicles,
Y no está en los ruidos de malvavisco de las voces de pastel de chocolate
Que vienen llamando y golpeando en la envoltura navideña
Diciendo: ¿no soy guapo, no soy lindo?, y mira mi piel
Mira el brillo de mi piel, mira el resplandor de mi piel
Mira la risa de mi piel, mira el llanto de mi piel
Cuando ni siquiera puedes sentir si tiene entrañas
Esa gente tan hermosa, con sus cintas y sus lazos
No, ni hoy ni ningún otro día
Lo encontrarás en los umbrales hechos de papel maché
Ni en la gente de dentro hecha de melaza
Que cada dos días compra un nuevo par de gafas de sol
Y que no está en los generales de cincuenta estrellas ni en los farsantes
Que te denunciarían por la décima parte de un penique
Que respiran y eructan y se encorvan y se rompen
Y antes de que puedas contar hasta diez
Lo harán otra vez pero a tus espaldas en esta ocasión
Amigo mío
Los que giran y reparten y dan vueltas y se mueven rápidamente
Y que juegan con todos en su mundo de caja de arena
Y no puedes encontrarlo en los tontos sin talento
Que están a tu alrededor adulando
Y que hacen las leyes para los que tienen talento
Y no está en los que no tienen talento y creen que lo tienen
Y piensan que te están engañando
Los que saltan al furgón
Durante un rato por que saben que está de moda
Correr una aventura, salir pitando de ahí
Y hacer toda clase de dinero y acostarse con todas las chicas posibles
Y te gritas a ti mismo y arrojas el sombrero
Diciendo: ¿tengo que ser de esta manera?
¿no hay nadie aquí que sepa de qué voy yo?
¿no hay nadie aquí que sepa cómo me siento?
Dios Todopoderoso
NADA DE ESTO ES REAL

"No, pero ése no es tu juego, ni siquiera tu estilo
No puedes oír tu nombre, no puedes ver tu cara
Tienes que mirar a otro lado
Y ¿dónde buscas esa esperanza?
¿Dónde buscas ese petróleo que mana a borbotones?
¿Dónde buscas esa vela que brilla?
¿Dónde buscas esa esperanza que sabes que está allí
Y fuera de allí en algún otro lugar?
Y tus pies sólo pueden caminar por dos clases de carretera
Tus ojos sólo pueden mirar por dos clases de ventanas
Tu nariz sólo puede oler dos clases de vestíbulos
Y puedes tocar y dar vueltas
Y girar dos clases de picaportes
Tu puedes ir a la iglesia que se te antoje
O puedes ir al Brooklyn State Hospital
Encontrarás a Dios en la iglesia que hayas elegido,
Encontrarás a Woody Guthrie en el Brooklyn State Hospital

"Y aunque sea sólo mi opinión
Y quizá tenga razón o quizás esté equivocado
Encontrarás a los dos
En el Gran Cañón
Al atardecer."

-0-
Fin de año y regresé para estar a tiempo en la conmemoración.

El día tlapaneco es solo mío. 
La Tic continúa sin comunicarse.
-0-
Di por terminadas las vacaciones y el domingo 5 de enero llegué puntualmente a nuestra reunión laboral. Tocaba y nadie salía.
-¿Otra vez se me atrabancaron hora y lugar? -pregunteme revisando mis mensajes. -No, solo el día.
Como, pues, la holganza sigue, haré una segunda entrega de este coso.