lunes, 25 de junio de 2018

Inesperada. Revelados (3)

Lunes, madrugada
Muy racional, con tres pesos gasto dos en viajar. 
La tristeza quedó atrás para siempre, ¿verdad, amita? Soy un desperdicio, creo sinceramente. Ni modo, más se perdió en Crimea.
Trabajaré mañana un rato y de noche vuelta a casa, pues así se llama ya a secas Rancho Tic.
En esta otra tengo visitas.
Voy a dormir. 
"Why worry, there should be laughter after pain
There should be sunshine after rain
These things have always been the same
So why worry now"


Martes, noche
No diré que te extraño pues sonaría a chantaje por dejarme marchar unos días. Solo recuerdo tu cara doblada hacia atrás, rindiéndose ante mí y sobre todo ante ti y el mundo que en ese instante se volvía viento y acariciaba palmeras y cuerpos, la hamaca bamboleando los goznes donde está sujeta, un móvil de conchas, como tú, cantarín -uy, qué melcochosa imagen y tan cierta al mismo tiempo.

Miércoles madrugada, una semana después
Estás en las notas de los días pasados, amita, el último con esa canción. Lo haces como luz al fondo.
Más gloriosa música mientras jugamos.
Que me quedo para siempre, que no regreso, que mejor al ratito llego -previo autobús, claro, donde a puro sueño llevarla evitando tentaciones fumísticas.
Espero una comida decente, eh... No, fuegos artificiales es demasiado -ya sé lo merezco, pero (oh, my God, la conjunción de mierda, jeje) debemos guardar las formas, esclava.

Martes, tarde 
Cosas que intrepretó ese hombre suenan desde ayer, cuando viniste a mi ciudad para tal y cual asunto. 
Ahora declaro en algún lado: Aguardé toda la vida por lo que acaba de pasar, mujer
Eso es muchísimo decir, pues no imaginaba algo más que lo que tenía o recién había soñado. 
¿Cómo más entregarse la Tic? Así.
Hasta el blog reabrí, para participarlo.
Permitiste que escribiera cualquier cosa, si quería, menos que estaba próximo a morir. Ya ni modo, amita, jeje. Saquémosle partido.
Si la pasión solo alcanza grados mayores cuando la muerte se indica...
-¿Te quedó claro que vivirás cien años? -dijo esa mujer con su flamigero dedo señalándome, cuando se preparaba a salir. -Hasta el cigarro dejarás y por voluntad propia -agregó, jactanciosa, jeje.
El Gus me recuerda a ese monumental escritor que fue Quevedo: "(...) Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado" 


Martes, noche
Pasan meses, te escribí donde cada día cayó -vienen aquí a rendirse, sí- y regreso con la misma canción.
En mi casita vive temporalmente una joven del interior y regreso a ratos.
Ayer eché a andar la revolución mundial y como solo eso necesitaba -ella; yo estoy sobrado (y tanto)- no sé qué hacer. ¿Quererte? Bueno.
¿Con siete horas tienes?
 
Jueves, madrugada
Pasamos mucho tiempo juntos estos días. En el colmo, las video llamadas corren hasta cuando dormimos. Orinas tan bonito, jeje. Jejeo y no debiera pues te ves bellísima sentada allí, pudibunda, cubriendo los muslos, el no sé cómo llamarlo que usas como ropa interior y cae sobre tus pies, ese copete rebelde al cual soplas cada tanto porque quiere entorpece la mirada, piel de durazno donde mis ojos vayan. Tictac, llevabas por nombre al principio, sin motivo, y así transcurres. Vi una pestaña caer, imaginariamente, claro, al extendérmela con la mano, yendo hacia atrás, entonces.
Hay rodillas y rodillas. Perfectas, solo en ti. Se sugieren en esta foto permitida.

Tarde
Jugamos a que no te das cuenta y siguen siendo las 5:15 am de Knopler.
Me acompañaste a comer. Hoy nadie se sorprende de quienes hablan al viento y clavan los ojos en una pantallita. ¿Y si mañana tenemos sexo sobre el pasto, parque adentro...? ¿Demasiado? Bueno, jeje.
Para equilibrar iré mañana al Tic pueblo. Seiscientos pesos alcanzarán hasta la quincena, alimentádome tú.
¿Qué dirección doy si preguntan ahora? Tengo tres.
Medianoche
Cuando los últimos sismos e inundaciones, me impresionaron las propuestas que expertos hacian sobre desastres naturales. Como donde debía estar caminan a paso de tortuga, sepa dios porqué me metieron al asunto.
Llaman veinte obreros del área connurbada. ¿Un curso? Cincho.   

Viernes, medianoche       
Me detengo en la piedra de siempre para subir a tu casa. Una esquina. Calle atrás casas creciendo al costado sur, sobre este extremo que ordenan los mangles vocingleros. Cien metros al frente, el mar, cuyo camino adornan las palmeras con rostros descubiertos tras cinco siglos de brisa y vientos furiosos -¿su adn lleva también eso?- Olas invisibles rearmándose imaginariamente, entre el sudor a sal. 
Bobadas, pues, inapreciables para mí. 
¿Puedo ir ya?
Dos minutos, la puerta que se abre allá donde tu silueta indica. 
(Se burló, la canija, por mi obsesión en registrar. Pues es que tengo que creerme leyenda, jeje. Bueno, no me sentía muy legendario trepando esa madre empinada... Ya voy, nomás deja explicar: está empedrada la chingadera, jeje. Tu lujuriosa cabeza en espera del macho, ¡vaya cosa! ((¡Ay!)
Inevitable

Sábado
11:22 y no está el desayuno en la cama. Hoy sí me va a escuchar esa mujer. 
-¿Trajiste mayordoma?
-Ama de llaves, no seas ingnoranta.
-¿De cúal casa?
-Este... -mirando alrededor-. Ah, pues eres tú. ¿Dónde chingao...?
-¿No le das un beso a tu amita?
-Sí, mi currucucú.
-Haz de comer, ¿no? Tengo flojera.
-Claro, cielo mío. 
¡Toing!

Medianoche
Gran clásico.
-¿Qué haces?
-Castigando a todo mundo en fesibú.
-Ay, Cuac, jeje.
-Ah, ¿tú también?
-¿Qué?
-No te hagas tonta. Ven aquí pa nalguearte. 
-Ese juego no me gusta, ya sabes, jeje.
-¿Por qué le niegas agua al sediento?
-Para sentarme en sus piernas.
-Cuidado, puedes tronarlas.
-Sí, soy un ballenato. 
-Pero yo sí un viejito.
-¿Quieres... cómo se llama el pan ese?
-Cocol.
-¿Lo prefieres a la Tic rosca de reyes?
-Modesta ella. Morderé hasta encontrar al niño.
"Cantar/ la belleza de ser un eterno aprendiz" 
-¿Qué le respondo al Nietzsche, amita?
"Para un filósofo resulta vergonzoso decir que lo bueno y lo bello son idénticos; y si añade lo verdadero, merece unos azotes. La verdad es fea. El arte nos fue dado para impedir que muriéramos de la verdad."
-¿Por eso nos recreamos, Cosa?
Se sienta al piano, suena algo "triste". Seguiremos así hasta las Knopler 5:15 am.
Gira por el aire la Tic, como acostumbra, y que mis manos no alcancen a apresarla vuelve doblemente fantástico su acto de magia.
Es fácil amarse así.
-Me da miedo ser tan feliz. Cuando antes lo estuve perdí el paraíso de los gurisitos.
-Ven -dice ella, acogedora. -Anda, llora.

Domingo, medianoche
Nunca la ponemos y la cantas seguido.
Otra.
Fue día de aldea mágica. Parecieron muchos en uno. Tengo con solo apartarme tantito por el cerro, donde pareciera que cada veinte metros cambió la vegetación, escuchándolos como abajo juegan, cocinan, se lanzan chanzas, afinan.
(Pa rematar. No encontré las versiones que te gustan.)

Dejaré esto por aquí, jeje.

Martes, noches  
No tienes idea de lo demencialmente hermosa que eres a ratos. Siempre te sé especial. En esos momentos pareces producida por un universo paralelo.
Llovía, pusiste la capucha, andabas ensimismada y por rara vez aprisa. 
-Al fondo es tan fuerte que nada la doblegara. ¿Quién conoce su brega? -pensé asombrado también por esa ruda elegancia primitiva madurada en los últimos años.
Las líneas del rostro se angularon y el gesto, sañudo, podría creerse, discutía a solas. Rectísimo tu cuerpo, retaba, con soltura quizá residencia del misterio. ¿Interiormente caminabas un pródigo desierto?
Luego fue de espaldas, al andar, nuevamente. Esta vez el pesado cabello encanto blandía y torciendo la cabeza rayó sin más mi mirada, hiriéndola y así fuera de foco tu cara no sé a quién pertenecía.
Eso fue hace diez años, cuando descubrías por fin el mar. 
Hacerle al poeta me da rasquiña. Solo busco cómo retratarte, y fracaso, para variar. Esto se acerca más. Tú serías el beduino.