sábado, 14 de octubre de 2017

Estilos

Jamás pierde el estilo, Seño, y yo adquirí uno, así que paseamos casualmente. Se veía muy guapa y como detalle llevó chanclas para hacerme parecer a su altura.
Con estilo y todo, al llegar a casa no pude evitarlo: extrañar nuestros encuentros.
Nadie nunca fue tan afín y con ninguna otra me sentí eso hoy devaluado por justos motivos y abundante también en virtudes: un hombre.
Estando entre mis brazos, mujer, fui quien siempre soñé. Tal vez entonces no nos vimos ayer tarde e imaginé que hablábamos de café y cigarros, de comida y cuánto nos aburren los lugares solemnes. 
Como sea, van las dos canciones en que quedó registrada y lo primero que escribí sobre la en ese momento Chinita.

(¿Cuántas trampas puede tenderse un hombre? Infinitas, ¿verdad, Ana ((Las mil cosas con A)? Robo tu canción, hablo de afinidades encontradas por primera vez... Vaya estilo me hice.)